Noticias del aire El aire muy fresco, se había impregnado, de aromas mixtos, donde Jacintos, rosas, alelíes y un nardo, habían atestado, completo el recinto. El pastito, celoso dijo, que siempre, las flores eran las artistas, que abajo, su aroma era fijo, harto de ellas, las protagonistas. Las margaritas, enojadas respondieron, que ellas tampoco, desprendían aroma, amor y centro amarillo, sus pétalos a enamorados dieron, que se contente, con su verde liso sobre la loma. Síi, síi, dijeron las palomas, ¡Así es! afirmaron las Portulacas. El hada con su varita, intensificó su aroma, a pastito mojado, rodeado de estacas. Contento, pastito tornasolaba más brillantes, el sol entregaba rayos para distintos verdes. Los duendes en el tapete quedaron danzantes, desde lejos, perfumes eran apreciados desde el albergue. La laguna, agitaba en pequeñas olas, su sueño de mar no resuelto. Sapitos y renacuajos, bailaban con togas, mirando en árboles, a murciélagos no sueltos. Los perfumes, viajaron muy lejos, llegando a tierras recónditas, donde un halcón perplejo, sintió en su corazón, gran incógnita. La mixtura, le parecía conocida, mas faltaba algo muy importante. No diferenciaba en el aroma, a su querida, quedando paralizado, corazón y mente distante. Estaba en misión, y su jefe, al notarlo tan lejano, llamó su atención, con plumazo de fleje, en intención, de prisión como villano. Otra vez bien lúcido, Peucoalhué explicó, su novia estaba en peligro inminente. Recapacitando, el jefe formó escuadrón, y en franca misión, volaron veloces y urgente. La rosa había perdido su carmín, y su aroma yacía, sin poderse emitir. Margaritas, preocupadas, las más del jardín, le consolaban, ya llegaría su amado del servir. Los gorriones periodistas, fueron los primeros, llegando prestos, en rápido vuelo, trayendo noticias, de otros bebederos, que de lejos, llegaban rapiñas y un cuervo. Desmayada ya, la rosa alcanzó a escuchar, todo peligro o rapiña, significaba vivificar. Podría ser su amado rapaz, a tonificar, su corola triste, si un pétalo habría de arrancar. Alzó sus tupidos pétalos de rojo intenso, al cielo, anhelante, con su corazón palpitante. Vio llegar el escuadrón, con peucoalhué adelante, en vuelo directo, hacia ella rozagante, Haciendo un esfuerzo por enderezar su tallo, pinchando margaritas, quienes sostenían su garbo. El halcón quien volaba para esmerar, dióse cuenta que el carmín, había desteñido, pese a que la rosa, había comenzado a emanar, exquisito aroma, embriagando escuadrón que lo había seguido. Los gorriones y palomas, atemorizados, se escondieron bajo las flores. Pero el pastito advirtió, a los acobardados, que los halcones, solo vienen por… las de colores. Hada, duendes, alelíes y rosales, hablaron todos, por el alboroto, explicando al unísono, que habían temas individuales, como, el inmenso amor de Rosa con Peucoalhué… ya ignoto. Renée Escape

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